El autocuidado es un concepto que ha tomado gran relevancia en el último tiempo, más aún con la pandemia que estamos viviendo. También influye la huella y el desgaste emocional que ha dejado a su paso la cuarentena/pandemia y sus consecuencias, poniendo en la mesa que cuidarnos emocional y físicamente es importante.
Sin embargo, la realidad actual – y aprovecho para decir la no-conciliación – pone de manifiesto el poco tiempo con el que cuentan las madres para dedicar a este autocuidado (me atrevo a decir que en ocasiones es inexistente). Se hace difícil llevar a cabo las propuestas o los objetivos que a veces se plantean: volver a yoga, retomar el gimnasio, coger la tarde libre… más aún si hablamos de madres que se encuentran en pleno posparto emocional.
Es habitual que durante esta etapa eches de menos la sensación de tiempo para ti, de poder contar con tiempo para una misma como cuando estabas embarazada. El posparto es un camino de aprendizaje, es cansado, agotador y enriquecedor al mismo tiempo.