Cuando ocurre algún evento traumático, como padres, solemos estar bastante perdidos sobre cómo informar a nuestros hijos de lo que ha sucedido. Nuestra primera reacción suele ser intentar ocultar a nuestros hijos lo que ha sucedido. Sin embargo, no debemos olvidar que los niños son grandes receptores del ambiente emocional que se respira en casa y si hay algo que nos inquieta o entristece lo captan rápidamente.
Si con nuestras palabras ocultamos lo que ha ocurrido, lo único que conseguimos es que les llegue un mensaje incongruente.
Hace unas semanas nos llamaron de un medio de comunicación para que pudiéramos dar nuestra opinión sobre cómo comunicar a los niños sucedos como el atentado de Manchester que sucedió en un concierto donde acudían niños y adolescetes. En el artículo participaron varios profesionales y, más o menos, todos coincidimos en las mismas cosas.