En la rutina diaria, entre el trabajo, las responsabilidades del hogar y las pantallas, es fácil olvidar la importancia de compartir tiempo de calidad con los hijos. Sin embargo, jugar, contar historias y conectar con ellos no solo fortalece el vínculo familiar, sino que también
tiene un impacto positivo en su desarrollo emocional, social y cognitivo.
El juego como lenguaje del niño
- El juego es una actividad libre, creativa y dinámica para los niños, en donde refuerzan aspectos como las normas comportamentales, negociación, socialización, estimulación y funciones propias de estas primeras etapas del desarrollo y que son
necesarias para la adultez. - A través de esta actividad se permite que el niño entre en contacto con el medio que le rodea explorándolo, comprendiéndolo y asimilándolo, lo que le ayudará a la resolución de conflictos y fomentar su espontaneidad.
- Los niños se expresan a través del juego, permitiendo que los padres comprendan mejor sus emociones, preocupaciones y alegrías.
- Jugar con ellos es una forma de entrar en su mundo y conocer lo que les interesa y preocupa.