¿Sabías que los conceptos temporales son los últimos que adquiere un niño?

Mamá, ¿hoy es mañana? Todos los días mi hijo me hace esta pregunta cuando a la hora de acostarnos empezamos a hablar de quién irá a recogerle al colegio al día siguiente.

Si tenéis hijos, estaréis de acuerdo en que este tipo de preguntas relativas al tiempo, a la mañana, la tarde, la noche o al antes y después suscita mucho interés para ellos. Es realmente complicado para un niño comprender la dimensión temporal por varios motivos.

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Educando niños bilingües

Por Paz Velasco

Hace unas semanas me comentaron la posibilidad de contar en primera persona mi experiencia con la educación de mis hijos en un ambiente bilingüe. De primeras pensé, que no tenía tal experiencia…: sí, cierto, vivimos en Bélgica desde hace un año, y mis hijos van a una guardería en francés. Pero aun así pensé que no podía contar nada porque mi hija llegó ya hablando español, y mi hijo todavía no habla nada y llegó siendo un bebé, así que no me veía capaz de «aportar» nada.

Ahora, pensándolo bien, creo que sí que puedo compartir la experiencia con mi hija. Se sale un poco de lo que generalmente te recomiendan y que creo que nos ha ido bien.

Normalmente, te dicen que cuando tus hijos se van a educar en un ambiente bilingüe es importante hablarles exclusivamente en tu lengua materna.

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¿Sabías que las manías dan seguridad a los niños?

Cuando hablamos de manías en los niños nos referimos a comportamientos raros o injustificados que realiza una persona de manera repetitiva. Puede sonar parecido a los tics, de los que ya hemos hablado en otro artículo. Sin embargo, las manías son movimientos más complejos y menos automáticos. No se realizan de una manera tan frecuente o involuntaria.

Ejemplos de manías son: morderse las uñas, meterse el dedo en la nariz, retorcerse el pelo, morderse los labios, separar los distintos ingredientes de un plato antes de comerlos, no pisar sobre las rayas del suelo o contar hasta diez antes de contestar cuando alguien pregunta.

Y, por raras que nos parezcan las de los demás, todos hemos tenido manías, especialmente de niños. Muchas veces las manías nos ayudan a crear hábitos con el tema de la higiene, el vestido o irse a dormir. Son el reflejo del razonamiento lógico que se establece en el pensamiento del niño y aportan tranquilidad y estabilidad.

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El efecto relevo o cómo complementarse en la crianza.

Por Ainhoa Uribe

No sé si esta historia os suena de algo:

Llegas a casa después de todo el día fuera trabajando y te encuentras a tu pareja y padre/madre de tus hijos discutiendo por algo que te parece insignificante. El enfrentamiento está generando una escalada de gritos y reproches que no llevan a ningún lado o, a ningún lado bueno. Entonces decides intervenir. Como estás más fresco, ya que no estás metido en la conversación desde el principio, consigues tener una perspectiva más alejada, menos contaminada por la emoción o las reacciones viscerales. Entonces, en un tono calmado, propones una alternativa de solución. Lo más habitual es que llegues a un acuerdo con tu hijo/a (a veces cediendo algo más que lo que la otra parte de la pareja estaba dispuesto) y la situación queda solventada.

Ésta es una dinámica de pareja muy habitual entre padres y  madres. Uno suele llegar más tarde del trabajo mientras que el otro dedica más tiempo a los hijos. Aquél que pasa sus tardes con los niños habitualmente se va cargando de negar permisos, poner límites, llegar a acuerdos, mediar entre discusiones de hermanos, calmar llantos o gestionar emergencias. Esto hace que su agotamiento mental sea mayor y su tolerancia a las exigencias del niño, menor.

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¿Sabías que los Tics son muy frecuentes en la infancia?

Los tics son movimientos involuntarios que implican varios grupos musculares y sin motivo aparente. Hablamos de tics funcionales cuando no tienen un origen neurológico. Quitando casos más graves como puede ser el Síndrome de la Tourette, la gran mayoría de tics que observamos en la infancia son pasajeros y, a persar de lo que podamos pensar, son bastante frecuentes.

Un tic puede ser parpadear excesivamente, carraspear, frotarse los dedos, hacer una mueca con la boca o dejar los ojos en blanco.

Estos tics se consideran fruto de la ansiedad y el estrés y, en general, se pueden observar en niños que son bastante autoexigentes. Es una manera de canalizar la ansiedad o responden a movimientos que en principio tuvieron su utilidad pero que luego se repiten de manera compulsiva sin finalidad ninguna.

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¿Qué puedo hacer cuando…me preocupo demasiado?

Este libro pertenece a una serie de ellos que se inicia con el título ¿Qué puedo hacer cuando…? Está editado por TEA, editorial dedicada a libros y test psicológicos y psicopedagógicos. Tiene una orientación práctica y de «autoayuda». Es decir, es un libro que contiene ejercicios para ayudar al niño a trabajar determinados aspectos.

La idea no es que el niño haga solo los ejercicios, sino que se apoye en un adulto que le acompañe a lo largo de la lectura.

El papá o mamá podrán sentarse junto a su hijo y juntos ir leyendo el libro capítulo a capítulo (uno cada dos o tras días aproximadamente). El libro está dividido en capítulos y no hay que leerlo de una vez. Cada capítulo se acompaña de uno o dos ejercicios para practicar las ideas que se exponen. Así el niño necesita tiempo tanto para hacer los ejercicios como para asimilar los conceptos que en él se tratan.

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¿Sabes qué es el Trastorno por Déficit de Naturaleza?

El término puede sonar exagerado y no se trata de una enfermedad incluída en ninguna clasificación diagnóstica, al menos, de momento. Sin embargo, el autor de esta etiqueta se ha hecho famoso. Richar Louv es periodista y autor de varios libros. En ellos habla de la necesidad de los niños de tener contacto con la naturaleza para poder crecer de manera sana y equilibrada.

Trastornos infantiles tan frecuentes ahora mismo como el TDAH, ansiedad o estrés quedarían explicados por una falta de contacto con la naturaleza.

Es cierto que actualmente la mayoría de los niños nacen en ciudades donde cada vez existen menos espacios verdes.

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¿Sabías que los efectos del estilo de crianza de los padres se observa en los hijos a largo plazo?

Cuando tenemos dudas sobre la crianza y pensamos en si estaremos haciendo algo mal o bien con nuestro hijo, muchas veces su conducta inmediata nos ayuda a entrever la mejor manera de criar. Si notamos que el comportamiento de nuestro hijo o la relación que tenemos con él empeora en un plazo de unas semanas, seguramente, al pararnos a pensar qué sucede, podemos llegar a localizar la causa del deterioro. Podemos ver que últimamente le prestamos menos atención o que el niño está acusando algún cambio de rutinas, colegio o simplemente en los horarios de trabajo de sus padres.

Sin embargo, la mayoría del tiempo no somos conscientes de que el estilo de crianza que adoptamos realmente tiene importancia mucho más allá del momento inmediato. Está claro que establecer desde el principio una relación sana y de confianza ayuda a que todo vaya mejor en el día a día y a medida que los hijos crecen pero existen determinados factores cruciales a tener en cuenta.

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¡No me dejan hacer nada!

Aprovechando las fechas en las que estamos, queríamos recomendar una lectura no para padres sino, para los niños. También porque este es un momento del año en el que los padres nos estresamos especialmente con los compromisos familiares y sociales y muchas veces se nos olvida lo importante: dejar salir a nuestro niño interior y disfrutar del hecho de tener cerca a gente que no vemos en otras épocas del año, dejarse querer y cuidar y sorprendernos con los regalos o las visitas inesperadas.

Así que, como la niña del cuento que proponemos este mes, muchas veces nos sentimos presionados y encorsetados por los compromisos sociales o lo «esperable» culturalmente para esta época.Y se nos olvida que a nuestra salud mental le vendría mejor dejarnos ser más espontáneos.

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Usar el chupete: ¿es bueno o malo?

Una mamá hecha un lío.

Hola lectores blogueros. Me presento: No soy pediatra. No soy psicóloga. No soy odontóloga. No soy experta en puericultura. Tan sólo soy una madre hecha un lío por culpa del chupete de los niños. Si no lo usa, se llevará el pulgar a la boca todo el día. Si lo usa, le saldrán los dientes torcidos. Si no lo usa, llorará más y dormirá peor. Si lo usa, tardará en hablar y sonreirá menos. Éstas son sólo algunas de las frases que se pueden escuchar sobre las bondades (o no) del chupete. Ese mágico instrumento de látex o silicona con forma de pezón que reduce la ansiedad de los más pequeños. Según el profesional al que se consulte, dirá una cosa u otra, incluso los del mismo gremio no se ponen de acuerdo.

Por lo que yo he leído, parece que hay evidencias tanto a favor como en contra de las siguientes afirmaciones:

El chupete es un factor de protección contra la muerte súbita del lactante.

 

El chupete interfiere en la instauración y prolongación de la lactancia materna.

Decisión complicada para las madres cuyo deseo es amamantar a sus hijos.

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