La “lengua de trapo” es ese divertido fenómeno que se produce en el proceso de adquisición del lenguaje que tanta gracia hace a los padres. Muchos padres pretenden que sus hijos hablen correctamente desde el primer momento y otros no quieren corregirlo porque les da pena que sus hijos pierdan ese toque de inocencia que les aporta cometer determinados errores de articulación o pronunciación.
Lo que es común a la gran mayoría de los padres es que no tienen claro si es conveniente o no corregir a sus hijos.