Los trastornos de conducta o del comportamiento perturbador son aquellos en los que el niño o adolescente se muestra hostil, agresivo o desobediente llegando a veces a manifestar conductas distorsionadas, destructivas o antisociales. Estos síntomas y conductas aparecen en la interacción con las figuras de apego y también en el resto de ámbitos donde se mueve el menor: familia extensa o escuela.
Sin llegar a manifestar un «trastorno» es frecuente que muchos niños presenten síntomas de este tipo de manera aislada u ocasional: niños desobedientes, con muchas rabietas, con dificultades para tolerar la frustración.
En muchas ocasiones, los profesionales sanitarios no contemplan esta posibilidad a la hora de valorar a un niño con un posible TDAH. Como bien explica la neuropsicóloga Paloma Mendez parece que existe una tendencia a un sobrediagnóstico de TDAH en niños que únicamente presentan síntomas aislados de problemas conductuales.