Por Virginia Miramón
Cierta es la expresión de que los bebés no vienen al mundo con “manual de instrucciones”. A partir del segundo hijo y posteriores, los padres ya contamos en nuestro haber con la experiencia del primogénito, pero cuando somos primerizos suelen ser constantes las dudas que nos asaltan sobre el desarrollo de nuestro bebé, fundamentalmente por desconocimiento, falta de referencia e inexperiencia: “¿Son normales las conductas que realiza nuestro hijo a su edad? ¿Va alcanzando lo esperado o hay algo que debería llevar a cabo a su edad y que aún no hace? ¿Habrá algún tipo de retraso o desviación en su desarrollo con respecto a la normalidad?”,… entre otros muchos interrogantes.