Una menarquia temprana se ha ligado a un mayor riesgo de padecer depresión en la adolescencia*.

Investigadores de la Universidad de Bristol en el Reino Unido apoyan la hipótesis de que las chicas que maduran más temprano son más vulnerables al estrés psicológico que sus iguales.

En un estudio más amplio de padres e hijos que examina un variado rango de factores que afectan a la salud y desarrollo de los niños, se valoró la asociación entre la edad a la que sucedía la menarquia y los síntomas depresivos en 2184 niñas. Las chicas participantes en el estudio contestaron el “cuestionario abreviado de humor y sentimientos” a la edad de 10,5 años, a los 13 y a los 14 años. La edad media de la menarquia en el grupo se situó en los 12,6 años, lo que se corresponde con otros estudios sobre el tema realizados en USA y en Europa Occidental. Según estos datos, se define la menarquia temprana si sucede con anterioridad a los 11,6 años y la menarquia tardía si ocurre pasados los 13,6 años. Así pues el 65% de la muestra situado en el tramo central de edad se utilizó como referencia para una menarquia a edad “normal” y fue tomado como el grupo de referencia.

Los resultados revelaron un mayor número de síntomas depresivos en el grupo de menarquia temprana comparado con los otros dos grupos tanto a la edad de 13 como de 14 años. Así mismo el grupo de menarquia tardía presentó los niveles más bajos de síntomas depresivos.

Los investigadores hacen notar que la transición a la pubertad es un periodo crítico del desarrollo asociado a muchos cambios biológicos, cognitivos y sociales. Tales cambios incluyen el aumento de los conflictos con los padres, el inicio de las relaciones amorosas, cambios en la imagen corporal y fluctuaciones en los niveles hormonales. Estos cambios pueden tener un impacto negativo en las chicas que maduran primero dado que se pueden sentir aisladas y enfrentadas a demandas del entorno que no se relacionan con su nivel de madurez cognitivo o emocional.

Para terminar sería importante tener en cuenta la posibilidad de hacer un seguimiento a estas chicas y poder ver si estos síntomas depresivos se mantienen en el tiempo o si los niveles de los otros grupos se equiparan más tarde al de éste.

* Edición de enero del British Journal of Psychiatry.

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