El Yoga constituye una práctica muy extendida hoy en día en casi todos los colectivos. Dentro de este marco, y siguiendo los pasos de otros países europeos, así como de Estados Unidos, la práctica del Yoga se empieza a considerar adecuada para colectivos especiales como la tercera Edad o ciertas discapacidades como Autismo, Síndrome de Down, Microcefalia, Parálisis Cerebral o trastornos del desarrollo madurativo.
Estamos a acostumbrados a reconocer el Yoga como una serie de posturas físicas, pero si profundizamos en la experiencia nos damos cuenta de que el Yoga constituye un conjunto de técnicas llenas de sabiduría que permiten aplicarlo a todas las personas, sean cuales sean sus limitaciones físicas y/o psíquicas y su edad, pues el yoga nos lleva más allá del cuerpo.
Estaríamos dispuestos, entonces, a entender que “somos más que un cuerpo” y que es nuestra verdadera esencia la que entiende lo que estamos haciendo verdaderamente.
El Método Yoga Especial contempla la necesidad de crear un Vínculo Especial, de ser a ser, en el que entran en juego otros registros del Ser Humano que traspasan los límites del cuerpo y de la mente. Sólo así podremos trabajar desde el Amor y desde el Respeto hacia ese Ser Humano completo.