Sabemos que la expresión corporal o musical de nuestros hijos es importante e incluso deseable para su desarrollo. Con la práctica de algún instrumento o la participación en actividades de danza o canto enriquecemos su educaciób y lo ayudamos a alcanzar sus máximas potencialidades. Pero, una vez que nos metemos en la rutina de los ensayos, conciertos, recitales o muestras la práctica puede llegar a sobrecargar al niño sino la realiza con una postura adecuada y esto, a la larga, podría provocar lesiones.