No es lícito suponer que ninguna generación es capaz de ocultar a la que sigue sus procesos anímicos de mayor sustantividad.
Sigmund Freud
En las familias no solo se comparten rasgos, historias, creencias o enfermedades, sino también, emociones. Las emociones son un legado que llevamos con nosotros desde que nacemos y que, aunque a veces cueste aceptarlo, hemos heredado sin quererlo. Lo curioso es que a pesar de haberlas heredado sin nuestro consentimiento, la manera en la que percibimos y vivimos nuestras emociones en el presente se asemeja mucho a cómo las experimentaron nuestros antepasados generaciones atrás.
Cuando hablamos de herencia emocional, esto no implica necesariamente que vayamos a actuar exactamente como nuestros padres lo hicieron, lo que significa es que estamos predispuestos a comportarnos en esa dirección.