Según un estudio realizado por la OCU y publicado en el mes de junio, el uso de psicofármacos sigue siendo la primera opción y casi la única a la hora de afrontar el tratamiento de los niños y jóvenes diagnosticados de TDAH.
Por otro lado, la guía NICE (guía de práctica clínica del Instituto de Salud y Excelencia Clínica del Reino Unido), aconseja la intervención psicosocial frente a la farmacológica. Y es que los fármacos no han dado muestras de eficacia y mejora en los ámbitos, social, escolar o familiar una vez transcurridos los tres años de tratamiento. Contrariamente, el 50% de los pacientes excede ese plazo.
La guía NICE recomienda como intervención prioritaria los programas de entrenamiento a padres de niños con TDAH, al igual que en todos aquellos casos de niños con problemas de conducta.