El cerebro del niño está en continuo desarrollo y crecimiento gracias a la estimulación que recibe de su entorno, no sólo de los profesores del colegio, sino también de sus padres, hermanos, tíos, abuelos, amigos y personas que no pertenecen a su núcleo más cercano.
Para poder hablaros de la estimulación es fundamental saber que el cerebro es un órgano muy complejo que está compuesto por cien mil millones de neuronas, las cuales no podrían realizar su función si no fuera por la sinapsis, que es la conexión que se produce entre ellas, en otras palabras, es la forma de comunicarse de las neuronas. Se sabe que puede llegar a haber unas 500.000 sinapsis por cada neurona.
¿Cómo se desarrollan las conexiones?
Estas conexiones se dan cada vez que aprendemos algo nuevo, por ejemplo, en una situación en la que vamos dando un paseo y al ver un perro, les señalamos al animal añadiendo que es un perro o un “guau guau”, o vemos un pájaro volar y les señalamos añadiendo que es un pajarito o un “pío-pío». Los niños asocian la neurona que tiene la representación de perro con el sonido de “guau guau”. Y aquí tenemos una nueva conexión. Al repetir varias veces esta conexión, estamos dando lugar a conexiones permanentes y, pasado un tiempo, nos sorprenderá diciendo “pío-pío” cuando vea un animalito volar o “guau guau” cuando vea un animal de cuatro patas que pasea por la calle, parecido a los que vio anteriormente.