El acoso escolar es una problemática que afecta a alumnos de todas las edades e impacta significativamente en su bienestar emocional, físico y social. Puede darse tanto dentro de las instalaciones escolares, como en actividades extracurriculares o en el entorno digital (ciberacoso).
Por ello, es muy importante diferenciar el acoso de las agresiones esporádicas o de otras manifestaciones violentas. Para poder considerar un comportamiento como acoso escolar deben cumplirse tres criterios de manera simultánea:
- Intención de hacer daño.
- La repetición de las conductas agresivas.
- La duración en el tiempo, con el establecimiento de un esquema de abuso de poder desequilibrado entre víctima y agresores.
¿Qué hacemos cuando tenemos conocimiento de una posible situación de acoso escolar?
Ante la sospecha de acoso, es vital actuar de manera informada y decidida. El primer paso será comunicar la situación a un profesor/a, al tutor o a un miembro del equipo directivo. En este punto, es importante acompañar y apoyar al niño, abordando el miedo a las posibles represalias y dándole seguridad.