¿Sabías que jugar en la calle reduce el riesgo de padecer miopía en niños?

Todos recordamos los parques, las canchas, las explanadas, praderas y demás entornos lúdicos de nuestra infancia. La mayoría guardaremos en nuestra memoria anécdotas e historias de nuestra pandilla de amigos que se han desarrollado fuera de las casas, jugando en la calle. Y esos momentos no solo resultan agradables por el hecho de estar jugando sino también por la sensación de libertad que aporta el hecho de correr o saltar  en un espacio grande.

Pues bien, a esto podemos añadirle que según un estudio publicado en el número de mayo de la revista Oftalmology, existe menor riesgo de padecer miopía o de que la misma avance en aquellos niños que pasan más tiempo jugando en la calle.

En el citado estudio se compara la presencia y desarrollo de la miopía en los niños y la relacionan con el número de horas que pasan jugando en la calle, medido sobre todo por la tendencia a salir a jugar al patio o quedarse en el aula durante los recreos escolares.

Junto a otro estudio realizado en torno a la misma temática en Dinamarca parece claro que la relación que se observa entre estas dos circunstancias (miopía y horas de juego en la calle) puede deberse a las horas de exposición a la luz natural.

Expertos en optometría sugieren que si el niño invierte todo su tiempo libre jugando con una tablet, si no pasa al menos una hora y media diaria jugando en la calle, existe riesgo de padecer miopía.

Estos estudios, junto con la relación bien conocida en optometría entre el gateo (jugar en el suelo) y la convergencia ocular nos llaman la atención sobre la importancia del juego, la experimentación y el contacto con el aire libre en los niños.

No debemos olvidar que el cuerpo humano es una máquina adaptada y preparada para desarrollarse en la naturaleza y debemos darle la opción de hacerlo así.

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