¿Sabías que hay niños más rutinarios y otros más fantasiosos?

Cuando nos enfrentamos a la normalmente desconocida tarea de criar un bebé, pensamos que lo que ha funcionado a otros, nos funcionará a nosotros. Tratamos de seguir todos los consejos que acumulamos de padres, hermanas, tíos, profesionales o conocidos que tratan de decirnos qué es lo más conveniente en cada ocasión. Y muchas veces nos desesperamos cuando eso no funciona. E incluso, si ya tenemos un hijo y aparece un segundo, deducimos que lo que nos sirvió con el primero, nos servirá con el siguiente.

Pues nada de eso, sino más bien al contrario.

Y es que los niños, como las personas, son diferentes de base, de partida, desde el mismo momento en el que nacen.

Cada vez se tiene más conciencia de la importancia de las experiencias prenatales y perinatales en el comportamiento de los niños. Todo lo que sucede al bebé desde el momento de la concepción le afecta de una u otra manera. Y a nivel orgánico también existen diferentes maneras de funcionamiento.

Cuando un bebé nace no podemos hablar de personalidad y de hecho no se habla de una personalidad formada completamente hasta los 18 años. Pero sí existe un temperamento con el que nace el niño.

El doctor Jorge Ferré, en uno de sus libros, habla de que hay niños que nacen con una tendencia a tener más activo el hemisferio derecho del cerebro y otros tienden a tener más activo el hemisferio izquierdo del cerebro. Y esto provoca una serie de diferencias comportamentales importantes a tener en cuenta, si no nos queremos pelear con la lógica y el razonamiento de por qué uno de nuestros hijos monta un número cada vez que cambiamos ligeramente sus horarios y el otro parece ser extremadamente adaptable y despreocupado a este respecto.

A saber:

  • Aquellos niños que tienen una dominancia del hemisferio izquierdo suelen ser bebés que a nuestros ojos parecen tener las ideas claras: lloran cuando tienen hambre o están incomodos de una manera desgarradora e incesante. Su pensamiento es lineal, tienen una lógica aplastante y son muy dependientes de las rutinas. Cuando entran en conflicto suelen expresarlo mediante inquietud, impulsividad u oposición. Tienden a ser extrovertidos.
  • En el otro polo tenemos a aquellos niños que tienen una dominancia del hemisferio derecho. Son niños más intuitivos, ensoñadores, sensibles y atemporales. En situaciones problemáticas se evaden de la realidad hacia su mundo interno. Son más introvertidos.

El autor incluso refiere que cuando tenemos un hijo de un tipo, lo más común es que el siguiente sea del tipo contrario y que si tenemos un tercero, entonces lo más normal es que sea de un tipo mixto.

Este modelo de funcionamiento resulta un dato interesante tanto para padres como para todo aquel que trate con niños y vea las diferencias de funcionamiento ante situaciones conflictivas. Muy útil para terapeutas infantiles y también para todos aquellos que realicen labores de apoyo en la crianza. Es importante conocer el modelo de funcionamiento de base de cada niño para poder respetar sus tiempos y modos.

 

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