¿Sabes qué son las constelaciones familiares?

Las constelaciones familiares son una rama de la psicología familiar sistémica que se centra especialmente en los comportamientos e historias familiares que se repiten de generación en generación. Se refiere no a la herencia genética que recibimos de nuestros familiares sino a la herencia emocional.

Según Bert Hellinguer, el máximo exponente de esta corriente, en la familia se producen una serie de lazos afectivos por lealtad y amor a nuestros antecesores que hacen que en ocasiones repitamos patrones de comportamiento no siempre beneficiosos o que nos conduzcan a la felicidad. Esto nos puede conducir a una situación donde conscientemente sufrimos pero no nos vemos capaces de modificar.

Las constelaciones familiares entienden que dentro de una familia hay tres reglas básicas (los órdenes del amor) que, de no respetarse, provocan sufrimiento.

  • La pertenencia: todos los que forman parte de una familia tienen el mismo derecho a pertenecer. Podemos observar que en algunas circunstancias hay algún miembro familiar que es tratado por los demás como si no existiera. Por ejemplo, padres ausentes, hijos de segundos matrimonios, niños que no llegaron a nacer,… El hecho de no hablar de ellos, ignorar su existencia y mirar hacia otro lado, causa mucho dolor en otros miembros de la familia y afecta a todo el sistema familiar desequilibrando su funcionamiento.
  • La jerarquía: los más mayores, tienen prioridad sobre los más jóvenes.
  • El equilibrio: entre el dar y el recibir en las relaciones. Las interacciones humanas se sostienen en el tiempo gracias a un intercambio entre lo que uno aporta y lo que recibe de la otra persona. Si la relación no es equilibrada, se rompe, no tiene continuidad. Esto es aplicable a cualquier relación (amigos, pareja) excepto a lo que sucede entre padres e hijos. Normalmente los hijos en una etapa temprana reciben mucho más de lo que son capaces de dar y a medida que crecen, lo natural es que den todo eso que han recibido (amor, cuidados, atención) a la generación siguiente, a sus propios hijos. En una etapa más madura, será el momento de poder devolver a los padres parte de aquello que recibieron.

 

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