Por Ainhoa Uribe
Al trabajar con familias, me doy cuenta de que la mayor parte del trabajo consiste en manejar expectativas.
Escucho frecuentemente:
– pero, mi hijo, ¿llegará a ser normal? verdad?
– ¿cuánto tiempo de tratamiento crees que necesita?
– no quiero que deje de estudiar, puede llegar a ser lo que se proponga…
Pero, ¿qué son las expectativas?
La expectativa es la idea, más o menos razonable, de que algo suceda. Normalmente se basa en la realidad y es una proyección probable del futuro.
En psicología se entiende que las expectativas influyen en nuestro estado de ánimo. Lo habitual es que cuando se cumple nuestra expectativa, lo vivimos como algo positivo y cuando no se cumple, experimentamos sentimientos negativos de frustración o abatimiento.
¿Cómo influyen las expectativas de los padres sobre los hijos?
Primeramente, habría que decir que las expectativas no son ni buenas ni malas. Los adultos tendemos a basarnos en ellas porque nos dan cierta sensación de control sobre lo que sucederá. Eso calma la necesidad de seguridad, que es innata a todo ser humano. Por otro lado, nos permite ser ordenados y estructurados en lo que queremos. Es una consecuencia del desarrollo de nuestras capacidades mentales a medida que crecemos.
Los niños, sin embargo, funcionan mucho menos en base a expectativas. Primero porque viven intensamente el presente, encuentran satisfacción en todo aquello que hacen y segundo porque no tienen esa capacidad de planificación y control (como ocurría en el test del bombón) para dejar de lado determinadas cosas con el fin de obtener gratificaciones futuras más importantes.
Así pues, las expectativas son un fenómeno que surge del propio desarrollo.Creamos expectativas sobre los hijos dado que tienen todo el futuro por delante y es lógico que proyectemos su vida en el futuro.
Ahora bien, las expectativas no son más que un plan que hay que ir readaptando a la realidad. Que debe modificarse con los datos nuevos.
Debemos replantearnos las expectativas especialmente cuando nos hacen sufrir y nos angustian. El estrés y el dolor que nos provocan en muchas ocasiones superan al provocado por la propia situación que estamos viviendo. No sufrimos tanto por lo que pasa sino por lo que creemos que va a pasar en el futuro si las cosas siguen así.
¿Cómo manejamos las expectativas en terapia?
El trabajo con los padres de niños que están en terapia muchas veces consiste en trabajar sobre las expectativas que ellos han generado sobre sus hijos.
Algunas veces, habrá que reorientar las expectativas: no se trata de que el niño sea ingeniero o mecánico. Se trata de que sea feliz y habrá que estar atento a qué es lo que le hace disfrutar. Probablemente sea algo distinto a lo que nosotros habíamos proyectado.
En otras ocasiones, se trata de aplazar en el tiempo las expectativas: no pasa nada porque este año no aprenda a multiplicar o no apruebe todas. Tiene muchos años por delante para hacerlo y realmente terminará consiguiéndolo. Es más importante averiguar qué le sucede, qué hace que esté desmotivado y frustrado.
Y, por último, en determinados momentos hay que rebajar esas expectativas. Puede que el niño no llegue a donde nosotros queríamos pero es importante que llegue bien, alegre y confiado. Así sí que aseguramos que alcance su máximo desarrollo y potencial y, sobre todo, que se sienta a gusto y querido.
6 comentarios en «¿Qué son las expectativas y cómo afectan a los hijos?»
Muy buen articulo! es tan fácil dejarse llevar por nuestras expectativas y tan difícil pararse y centrarse en las necesidades y capacidades de nuestros hijos..
Muchas veces la intención es la mejor pero queriendo dar a nuestros niños todo aquello que no tuvimos perdemos de vista qué es lo que ellos quieren o necesitan. Gracias por tu comentario!
Me encanta el tema tratado en esta entrada. De hecho, leo muchísimo sobre las expectativas y sus efectos. Preparo una tesis sobre diferencias de Autoeficacia Percibida en estudiantes, donde el papel de las expectativas es primordial. Me gusta como está tratado.
Muchas gracias Miranda por tu comentario. Es cierto, que las expectativas son útiles y nos tranquilizan pero es importante conocer su efecto y poder modificarlas en momentos en las que nos bloquean. Te deseamos lo mejor para tu tesis. Un saludo!
Hola, me ha gustado muchísimo el artículo, y el enfoque que se le ha dado. Soy estudiante de psicología, y estaría agradecida que me sugiriesen nueva lectura o autores que retraten el papel de las expectativas de los padres sobre los hijos, y sus consecuencias.
Gracias
Buenos días Sofía. Las expectativas son un tema complejo y toca muchas vertientes de la psicología (desde la psicología comportamental a la terapia familiar). No conozco libros que traten específicamente la temática de cómo las expectativas de los padres influyen en los hijos pero hay muy buenos autores de terapia familiar que hablan sobre la relación entre unas y otros. Por poner un par de ejemplos: Jirina Prekop con títulos como El pequeño tirano o Si supieran cuanto los quiero o Ingrid Dykstra con Niños que heredan el destino familiar. Gracias por tu comentario. Esperamos que te sirva la respuesta.