¿Llevar los niños a la guardería o dejarlos al cuidado de un familiar?

Por Elvira Muñoz

En febrero de 2011 nació mi primera hija. Tras los primeros (duros, por qué no decirlo) meses de conocernos la una a la otra, pasamos una primavera y un verano estupendos, disfrutando toda la familia. Pero como siempre sucede, “cuando mejor te lo estás pasando se acaba la fiesta”, y tras casi 6 meses siendo uña y carne, llegó el momento de la “separación”.

Mi marido y yo habíamos estado pensando cómo organizarnos con el trabajo y el cuidado de la peque. Nos planteamos varias opciones. La guardería en principio la descartamos, ya que era verano y la oferta se reducía. Pensamos en contratar a alguien que viniera a casa a cuidar de ella y a la vez nos ayudara con las tareas domésticas. Esta opción resulta bastante atractiva, porque ya se sabe que con los peques no se tiene tiempo para nada y al final la casa siempre está manga por hombro.

Nos preocupaba encontrar la persona adecuada y, sobre todo,  de confianza.

Además también pensamos que si a uno mismo no le da tiempo a hacer nada cuando estás al cuidado de un niño tan pequeño, poco tiempo iba a tener la persona que contratáramos para dedicarse a las tareas domésticas si realmente atendía bien a la peque, que por aquel entonces demandaba bastante atención.

Todas nuestras dudas se despejaron cuando mi hermana, que en ese momento tenía un trabajo de fin de semana, nos propuso cuidar de la niña. Tuvimos poco que pensar, ¿con quién iba a estar mejor? Además, las abuelas también estarían de apoyo.
Así que mi reincorporación al mundo laboral me resultó algo más fácil al saber que mi pequeña estaba en muy buenas manos, teniendo la certeza de que iba a estar muy bien atendida, e incluso más mimada aún que si estuviera conmigo.

Es cierto que hay algunos “peros”, ya que, como es lógico, puede haber discrepancias entre la manera de educar de una persona y otra. Además, como bien dice el dicho, “la confianza da asco” y puede dar lugar a enfrentamientos más severos que si se trata de una tercera persona no tan cercana. Pero no es nada que no se pueda solucionar dialogando y siendo flexibles por ambos lados. Además, esta misma confianza tiene sus ventajas, ya que si algún día te retrasas o necesitas que cuiden un rato más de la peque, la familia es mucho más comprensiva.

La mejor prueba de que no nos hemos equivocado con esta decisión es la “tiítis” que tiene mi hija. Cuando ve aparecer a mi hermana por la puerta se le ilumina la cara, y casi (o incluso sin el casi) se le olvida que están sus papás también. Es adoración lo que siente por ella.

Me acabo de reincorporar al trabajo después de tener a mi segunda hija y, nuevamente, no hemos tenido la menor duda. Mi hermana, que por mala fortuna ahora está en paro, se ha vuelto a ofrecer para cuidar a la nueva peque, por lo que estamos mucho más tranquilos al saber que está bajo los atentos cuidados de su tía y su abuela.

Así que mi recomendación es que no hay duda, si algún familiar, o incluso conocido de confianza, se ofrece para cuidar a los peques, adelante, seguro que va a ir todo bien y me atrevería a asegurar que los peques van a ser los más beneficiados. Además, no hay que preocuparse por si luego les va a costar más adaptarse a la guardería. Ahora mi hija mayor, tras un periodo de adaptación común al de todos sus compañeros, va muy contenta todas las mañanas, incluso a pesar de ver que su tía se queda con hermana pequeña.

4 comentarios en «¿Llevar los niños a la guardería o dejarlos al cuidado de un familiar?»

  1. Yo no lo hice cuando tuve a mi hija. Tenía quien lo hiciera, pero sabía que las tensiones iban a ser muchas y preferí la libertad a tener que aguantar los reproches de «¿ves lo que hago por tí?, e insinuaciones chungas del tipo: «la niña me quiere a mí más que a tí»
    No todos los familiares son iguales, a veces la tranquilidad tiene un precio, y lo de precio lo digo en sentido literal, las guarderías cuestan bastante, pero todo antes que perder la conexión con tu hija y sentirte como una extraña delante de ella si el familiar con quien puedes dejarla es nefasto, aunque sea muy cercano.

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  2. Pues yo estoy más que contenta con la guardería. Ni se me ocurre dejar todo los días a mi «terremotillo con patas» con los abuelos, ¡acabarían hechos polvo! En la guardería tienen un montón de actividades y conocen a otros niños. Siempre se puede hacer un mix, como hago yo, lo recogen los «abus» (una semana unos, otra semana otros), le dan la merienda, juegan un rato con él, y le duermen hasta que yo llego a casa. Y ellos felices de estar con el peque y menos cansados :-).

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  3. Lo más importante a la hora de tomar una decisión de este tipo es pensar en el equilibrio emocional tanto del niño como de sus padres. Y esto en ocasiones nos lleva a descartar opciones que pueden ser más fáciles desde un punto de vista logístico. Gracias por tu comentario!

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