El curioso incidente del perro a medianoche (la obra)

Acaba de aterrizar en Madrid la obra de teatro “El curioso incidente del perro a medianoche” (Teatro Marquina) basada en el best seller de Mark Haddon.

Para no desentramar toda la historia sólo haré referencia a la primera escena a partir de la cual se desarrolla. Christopher Boone, así se llama el protagonista, es un adolescente de 15 años con TEA (Trastorno de Espectro Autista) que acude a un Colegio de Educación Especial.

Tras el supuesto asesinato de Wellington, el perro de su vecina, su profesora le propone un ejercicio de redacción en donde él irá describiendo cómo va a averiguar qué ha sucedido. La nueva aventura en la que se adentra es una historia sobre el descubrimiento y el crecimiento, sobre la superación, la ternura, y la amistad.

Lo especial del libro y la obra es la manera en la que está narrada, desde la peculiar forma que él tiene de entender y relacionarse con su entorno. Ofrece una oportunidad de acercarse al pensamiento y funcionamiento de una persona con TEA. La obra está marcada por ternura, ingenio y humor.

“Los niños de mi colegio son estúpidos. Pero se supone que no he de llamarlos estúpidos, ni siquiera aunque sea eso lo que son.  Se supone que he de decir que tienen dificultades de aprendizaje o que tienen necesidades especiales. Pero eso es estúpido, porque todo el mundo tiene dificultades de aprendizaje, porque aprender a hablar francés o entender la relatividad es difícil. Y todo el mundo tiene necesidades especiales, como Padre, que tiene que llevar siempre encima una cajita de pastillas de edulcorante artificial que echa al café para no engordar, o la señora Peters, que lleva en el oído un aparato de color beige para oír mejor, o Siobhan, que lleva unas gafas tan gruesas que si te las pones te dan dolor de cabeza, y ninguna de esas personas son de Necesidades Especiales, incluso aunque tengan necesidades especiales.”

Lo peculiar del TEA es que cada persona tendrá diferentes manifestaciones en mayor o menor grado, con dificultades en lo que se conoce como la triada de Wing: área social, área de comunicación y lenguaje, y el área de flexibilidad e imaginación. Por lo tanto, Christopher Boone, es sólo un ejemplo de una persona con TEA.

El libro ya me parecía un esencial, pero la obra de teatro ha superado mis expectativas con creces. Es, simplemente, MARAVILLOSA, consigue transmitir al observador la energía, el mundo de sensaciones y la propia experiencia de Christopher. Es obra que apela a aceptar las diferencias del otro y también a mirarse a uno mismo, es muy difícil no sentirse identificado.

La obra está creada con una sensibilidad especial, hermosa y cercana que trata de romper con el estigma que, en ocasiones, gira en torno al TEA. Al fin y al cabo estamos delante de una persona con sentimientos, sensaciones y experiencias propias y tan valiosas como las de cualquier otro. El trastorno no nos define, es sólo una parte del individuo.

 

La obra ha sido premiada y reconocida como una de las mejores de los últimos años, la crítica positiva ha sido unánime, así que si estás por Madrid no pierdas la oportunidad de verla.

Alex Villazán interpreta a Christopher Boone en esta adaptación teatral. Un enhorabuena para él y su interpretación de un chico con TEA.

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