Para los adultos es fácil, más o menos, saber cuándo acudir al médico. Si notamos que algo nos duele, nos molesta o nos sentimos raros o diferentes en algún sentido, tenemos la oportunidad de acudir al médico para que nos aconseje y nos trate.
Pero ¿en qué momento hay que buscar ayuda cuando lo que nos duele es el amor propio?
Esta pregunta no tiene una respuesta fácil o directa. Las señales de alarma que en otras ocasiones son signos objetivos: nos sangran las encías, tenemos un ojo rojo,… en este caso se convierten en síntomas subjetivos: estamos tristes o irritables, no nos encontramos bien.
¿Y en los niños?
En el caso de los niños, hay que añadir una dificultad más. No suelen ser ellos personalmente los que piden ir a un psicólogo. Y muchas veces ni siquiera son ellos mismos los que dicen que se encuentran mal o tristes. La gran mayoría de las ocasiones, los padres son los que piden consejo, preocupados por el comportamiento o la actitud de sus hijos.
Un niño no conoce con exactitud (tampoco muchos adultos) hasta qué punto es normal o sano sentirse de determinada manera. Para ellos, es frecuente el hecho de sentirse raros, hay muchas cosas que les suceden por primera vez y ante algunas no saben cómo reaccionar. Somos los padres, los que desde fuera, damos forma a sus experiencias: sabemos cuándo nuestro hijo está cansado y por eso llora más, está enfadado o celoso y por eso pega mucho, está nervioso ya que es el primer día en un colegio nuevo o triste porque papá lleva fuera una semana… Pero, a la hora de pedir ayuda a un profesional, surgen más dudas.
¿Qué criterios seguir para tomar la decisión de acudir a un psicólogo?
- Fiarnos de nuestra percepción de que algo no va bien en ellos: podemos notar que están tristes, abatidos o irritables.
- Notar que este estado de ánimo o comportamiento alterado ocupa la mayor parte de su tiempo.
- Fijarnos que esta situación afecta a más de una faceta en su vida: no solo se muestra abatido con nosotros sino que también es así en la escuela o con sus amigos.
- Observar que su estado de ánimo actual supone un cambio brusco en su forma de ser o de actuar hasta el momento (aunque esto no siempre sucede así).
- Y, por supuesto, es muy importante conocer su opinión sobre cómo se encuentra. Deberíamos preguntarle y saber cómo se siente aunque su respuesta puede resultar contradictoria a cómo nosotros percibimos la situación desde fuera.
Cuando su comportamiento o estado de ánimo alterado cumpla la mayoría de estos criterios es el momento indicado para solicitar ayuda a un psicólogo que nos pueda orientar sobre qué sucede y cómo actuar ante ello.
4 comentarios en «¿Cuando acudir al psicólogo con un niño?»
Buenos días Ainhoa, muy buen post. ¿Cómo seleccionarías al psicólogo? ¿En qué te fijarías? ¿Cómo sabes si un psicólogo está haciéndolo bien con tu hijo?
Gracias.
Hay muchas maneras de seleccionar a un psicólogo y aunque se suele empezar por las recomendaciones de los amigos, lo importante es lo a gusto que te sientas como padre acudiendo a ese psicólgo. Y para saber si lo está haciendo bien, lo mejor es observar la relación que establece tu hijo con esa persona así como las explicaciones que te pueda dar el psicólogo sobre lo que le sucede a tu hijo.
Gracias por dejar tu comentario.
Hola soy lina y estoy un poco preocupada y quisiera que me orientara si tendría que acudir al psicólogo te cuento.
Tengo tres hijos
Adrián (julio del 2008)
Alejandro (junio 2010)
cristina (diciembre 2011)
son travieso con todos los niños pero con Adrián no esta pendiente en clase la maestra me llama cada dos por tres que no hace nada por que no le da la gana se distraen en lo mas insignificante hecha todo el día mientras que los compañeros hacer 6 ficha todos los día no recoge los juguetes las cosas del suelo ni se viste solo tarda dos hora en comer o desayunar. la seño lo castiga con ponerlo el la mesa de ella para que el haga las ficha y los primeras del día si las hace después no las termina. El era muy cariñoso y se esta volviendo mas arisco todas las noche les doy un beso de buenas noche y los acurruco con la tapa de la cama y cuando me voy yo a la cama les doy una vuelta para ver como están y les doy otro beso. Siempre me dan un beso dormido ellos a mi y Adrián ahora se limpia la cara y me dice que el no quiere ningún beso mío.. Por ese comportamiento de cuando esta dormido que yo creo que no se puede disimular que uno dormido no es 100/100 consiente de tus actos y te sale tus verdaderos sentimientos y me hace pensar que mi hijo esta cogiendo ese mal comportamiento para llamar la atención y cuando eche mano a darme cuenta sea demasiado tarde ( yo estuve marca en el colegio por no saber y me dejaban en la esquina de la clase mientras la seño enseñaba al resto de la clase ). HOY TENGO SUERTE MI HIJO LO TIENE UNA SEÑO QUE SE PREOCUPO POR SUS NIÑOS Y QUIERE QUE MI HIJO NO ENTRE EN PRIMARIA SIN SABER LO DE ESTE CURSO ELL Y YO ESTAMOS TRABAJADO MUCHO . gracias por atenderme y espero que me puedas decir algo
Buenos días Lina,
ante todo gracias por tu comentario. Entiendo que muchas veces cuesta tomar la decisión de si tu hijo necesita ayuda de alguien externo a la familia. Lo cierto es que lo que cuentas puede tener varias explicaciones: o bien es un niño al que le cuesta mucho concentrarse en clase por motivos neurológicos (que tenga un pobre desarrollo motor, por ejemplo, o, al contrario, que tenga altas capacidades y se aburra ante lo que ven en el aula) o bien por motivos emocionales: ser el mayor de 3 hermanos tan seguidos no siempre es fácil y puede que eche de menos tener cierta atención para él en exclusiva. Habría que ver si tiene muchos celos de los hermanos y estar muy pendiente de valorar siempre que él sea el más mayor (que alguna ventaja tiene que tener). Al márgen de que sus conductas necesiten asistencia psicológica, sí es muy recomendable contactar con algún psicólogo que pueda valorar a tu niño y te diga si es necesario o no intervenir y de qué modo.
Gracias de nuevo por tu comentario. Espero te sirva de ayuda nuestra respuesta! Un saludo.