¿Cómo trabajar la frustración en la infancia?

La frustración hace referencia a un sentimiento que surge cuando no logramos conseguir nuestros deseos; y generalmente los niños suelen responder ante él con expresiones de ira o ansiedad, aunque también pueden presentarse respuestas físicas.

 

Los niños cuando son pequeños quieren todo y lo quieren ya, no saben esperar. Por ello, cuando no les damos lo que quieren se enfadan, lloran, tienen rabietas; en definitiva, se frustran.

 

Para lograr un buen manejo y tolerancia hacia la frustración, es importante enseñarles desde pequeños, ya que gran medida depende de lo que hagan los padres. Para ello, hay que tener en cuenta y ser consciente de que si siempre que quiere algo lo consigue y de forma inmediata o le evitamos el sufrimiento a nuestro pequeño, no le estaremos enseñando a manejar sus emociones ni sus conductas. También debemos ser consciente de que la frustración es inevitable en la vida, por ello, si los mas pequeños no aprender a gestionarla, cuando lleguen a la vida adulta les costará mucho más.

 

Algunas de las características que podemos observar en niños que no toleran la frustración son:

 

  • Dificultad de adaptación a los cambios
  • Pedir las cosas de forma exigente
  • Reacciones de manera agresiva/rabietas
  • Abandonan frecuentemente las tareas que les cuesta
  • Búsqueda constante de gratificación inmediata/refuerzo positivo
  • Impacientes o impulsivos
  • Poca flexibilidad cognitiva
  • Poca tolerancia al fracaso y a los errores
  • Inseguridad y ansiedad frecuente

 

Cuando hablamos de la tolerancia a la frustración nos referimos a la capacidad que nos permite afrontar de manera saludable las situaciones que nos generan una sensación de impotencia.

 

Algunas pautas como padres que podemos tener en cuenta son las siguientes:

 

  • Establecer normas y límites es fundamental
  • Decir que NO es necesario, aunque frustre en ocasiones
  • Aprender a gestionar correctamente las rabietas
  • Diferenciar entre deseos y necesidades
  • Hacerle ver y que entienda que su emoción es válida, pero no su conducta
  • Enseñarle conductas alternativas a la ira
  • Dar ejemplo
  • No darles resolución para todas la dificultades
  • Enseñarle técnicas de relajación

 

Por último, destacar que trabajar esta capacidad tiene grandes beneficios en el desarrollo psicológico, y les puede beneficiar en todos los ámbitos de su vida en un futuro. Algunos de los beneficios que encontramos son:

 

  • Mejorar la identificación emocional
  • Fomentar la autorregulación emocional
  • Mejorar la capacidad de adaptación
  • Potenciar recursos útiles para futuras ocasiones (Ejemplo: la relajación en situaciones de estrés
Por Raquel Villacorta Uría

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