La frustración hace referencia a un sentimiento que surge cuando no logramos conseguir nuestros deseos; y generalmente los niños suelen responder ante él con expresiones de ira o ansiedad, aunque también pueden presentarse respuestas físicas.
Los niños cuando son pequeños quieren todo y lo quieren ya, no saben esperar. Por ello, cuando no les damos lo que quieren se enfadan, lloran, tienen rabietas; en definitiva, se frustran.
Para lograr un buen manejo y tolerancia hacia la frustración, es importante enseñarles desde pequeños, ya que gran medida depende de lo que hagan los padres. Para ello, hay que tener en cuenta y ser consciente de que si siempre que quiere algo lo consigue y de forma inmediata o le evitamos el sufrimiento a nuestro pequeño, no le estaremos enseñando a manejar sus emociones ni sus conductas. También debemos ser consciente de que la frustración es inevitable en la vida, por ello, si los mas pequeños no aprender a gestionarla, cuando lleguen a la vida adulta les costará mucho más.
Algunas de las características que podemos observar en niños que no toleran la frustración son:
- Dificultad de adaptación a los cambios
- Pedir las cosas de forma exigente
- Reacciones de manera agresiva/rabietas
- Abandonan frecuentemente las tareas que les cuesta
- Búsqueda constante de gratificación inmediata/refuerzo positivo
- Impacientes o impulsivos
- Poca flexibilidad cognitiva
- Poca tolerancia al fracaso y a los errores
- Inseguridad y ansiedad frecuente
Cuando hablamos de la tolerancia a la frustración nos referimos a la capacidad que nos permite afrontar de manera saludable las situaciones que nos generan una sensación de impotencia.
Algunas pautas como padres que podemos tener en cuenta son las siguientes:
- Establecer normas y límites es fundamental
- Decir que NO es necesario, aunque frustre en ocasiones
- Aprender a gestionar correctamente las rabietas
- Diferenciar entre deseos y necesidades
- Hacerle ver y que entienda que su emoción es válida, pero no su conducta
- Enseñarle conductas alternativas a la ira
- Dar ejemplo
- No darles resolución para todas la dificultades
- Enseñarle técnicas de relajación
Por último, destacar que trabajar esta capacidad tiene grandes beneficios en el desarrollo psicológico, y les puede beneficiar en todos los ámbitos de su vida en un futuro. Algunos de los beneficios que encontramos son:
- Mejorar la identificación emocional
- Fomentar la autorregulación emocional
- Mejorar la capacidad de adaptación
- Potenciar recursos útiles para futuras ocasiones (Ejemplo: la relajación en situaciones de estrés
Por Raquel Villacorta Uría