¿Cómo afecta la reacción de los padres a la orientación sexual de sus hijos?

«Vosotros me queríais ayer. No he cambiado desde entonces, soy la misma persona que ayer».

 

La orientación sexual es una asignatura que aún está pendiente a nivel mundial y son muchas las desventajas que pueden sufrir las personas que se declaran como homosexuales, bisexuales o transexuales en nuestra sociedad. Entre ellas, encontramos el estigma social, el prejuicio, la discriminación y la violencia asociadas a una orientación sexual que afectan negativamente al bienestar psicológico, físico y social de la persona.

 

Debemos saber que la orientación sexual no es una opción, no es modificable y no puede ser reorientada por nadie.

 

Son varios los estudios que demuestran que el rechazo o la incomprensión por parte de la familia conllevan en los adolescentes un mayor riesgo de presentar problemáticas como: anorexia, bulimia, depresión, consumo y abuso de sustancias y un alto índice de intentos de suicidio. Sin embargo, la aceptación con normalidad por parte de la familia protege de los riesgos mencionados anteriormente, además de mejorar su autoestima y favorecer su salud general.

 

Normalmente los adolescentes con una orientación sexual diferente a la esperada atraviesan distintas fases de desconcierto, inseguridad y miedo antes de que decidan hablar sobre su orientación sexual. Estos sentimientos desagradables pueden estar ocasionados por agresiones psicológicas o físicas del entorno, baja autoestima o aislamiento social al que suelen someterse y causan un gran sufrimiento personal en ellos.

 

En el caso de que decidan hablar con sus padres sobre su orientación sexual significará una muestra de valentía y dignidad por parte del adolescente ya que, antes de haber tomado esta decisión, han vivido una situación llena de dudas entre aceptar su propia realidad o mentirse a sí mismos y a los demás. En ellos también existe el temor a que les rechacen y les dejen de querer. Como padres, debemos tener en cuenta que la sinceridad de nuestro hijo es una muestra de cariño y de confianza, incluso puede ser que nos esté pidiendo ayuda. Debemos mostrarnos siempre como una figura accesible y afectuosa dando respuesta a las necesidades de nuestros hijos y, de esta manera, podemos facilitarles su búsqueda de apoyo y expresión emocional. También, será necesario que dispongamos de información sobre este tema para poder tener una actitud positiva y empatizar de la mejor forma posible con nuestro hijo.

 

La reacción que va a tener la familia al conocer la orientación sexual de su hijo va a depender de muchos factores como: el conocimiento sobre las dificultades que puede tener una persona al reconocer esta circunstancia, la intuición previa que haya podido tener la familia que ha podido facilitar la aceptación de esta realidad, la personalidad individual de cada padre o madre y la presión social del entorno familiar y cultural.

 

Respecto a la reacción en los padres, se pueden esperar 3 momentos durante el duelo:

 

1. En el primero se pueden encontrar los siguientes estados emocionales:

  • Estado de shock: no saben cómo actuar ni qué decir y se quedan paralizados. Puede llevarles un tiempo asimilar la información.
  • Culpa: intentarán buscar un culpable a la situación y hay que dejar claro que nadie tiene la culpa ya que la orientación sexual no es una elección.
  • Ira: nos hará ver a nuestro hijo como alguien a quien no conocemos y podemos llegar a decir cosas de las que luego nos arrepentiremos.
  • Negación de la realidad: los padres tratarán de convencer a su hijo de que es joven y está confundido, incluso llegando a recomendarle acudir a terapia psicológica. Negar la realidad hará más daño a nuestro hijo ya que si ha dado el paso de comunicárselo a sus padres es porque tiene la certeza de su orientación sexual.
  • Rechazo: hay padres que optan por no hablar del tema ya que de esta manera sienten que no existe. Sin embargo, la incomunicación provoca una ruptura familiar y su hijo no se sentirá comprendido ni apoyado.
  • Racionalización fatalista: sienten lástima porque consideran que su hijo ha terminado teniendo una orientación sexual determinada por el destino o las circunstancias que han podido afectarle.

2. El segundo tiene que ver con la aceptación de la realidad. Será fundamental que los padres hablen tranquilamente con su hijo para llegar a entender el malestar que ha pasado en su proceso de autoaceptación y les ayudará a comprender que los sentimientos que le han surgido no han sido elegidos.

3. El último se relaciona con la reestructuración familiar y en ella se pueden dar los siguientes resultados:

– Asimilación: la familia empezará a entender la realidad y tratarán la situación con normalidad. Para llegar a este punto, las relaciones familiares tendrán que estar basadas en el amor y en el diálogo.

– Resignación: los padres se quedan atrapados en la racionalización fatalista y puede desembocar en una asimilación ficticia. Las relaciones familiares no se basarán en la sinceridad.

Conflicto latente: se considera a uno de los miembros de la familia el culpable y las peleas en la familia se vuelven constantes. Se produce una ruptura familiar y el hijo opta por separarse de ella.

 

En definitiva, debemos tener en cuenta que no hay ningún culpable en la orientación sexual de un hijo. Por este motivo, hay que apoyarle para que esté tranquilo y sufra lo menos posible, dándole todo nuestro cariño y reduciendo las discriminaciones impuestas por el entorno. En su mayoría, la sociedad les impone una situación complicada y nosotros como padres no debemos sumarnos aumentar esa carga. Pongámonos de parte de nuestro hijo y brindémosle nuestro apoyo.

Por Laura Morala

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