Primero se hablaba de la adicción a las drogas. A continuación se puso de moda la anorexia y bulimia, después las adicciones a internet y la nuevas tecnologías, pasando por la vigorexia. Y esto no era lo último. Ahora se habla también de la Tanorexia o la obsesión por estar moreno.
Y es que parece que los adolescentes pueden engancharse a cualquier cosa, por absurda que parezca.
¿Realmente nuestros hijos pierden todo juicio y la capacidad de razonamiento que han ido desarrollando durante los años anteriores? No es lógico pensar que esto sea así, aunque en ocasiones lo creamos firmemente.