La psicoterapia orientada a los niños o adolescentes consiste en un tratamiento que promueve cambios en la conducta del niño o chico gracias a la relación especial que se establece con el terapeuta. El psicólogo es el encargado de guiarle y apoyarle para que descubra sus propios recursos internos con los que afrontar las dificultades que se presentan en su proceso de desarrollo.
La psicoterapia se apoya en técnicas muy variadas como pueden ser el juego, el dibujo, la reelaboración de la propia historia personal, el role playing, el uso de cuentos y metáforas, etc.
En su camino hasta la edad adulta el niño puede encontrar ciertas dificultades que se ponen de manifiesto bien en la escuela – un bajo rendimiento académico o una pobre integración en el grupo de iguales – o bien en otros ámbitos – malas relaciones con algún miembro de la familia, problemas de conducta – y que hacen recomendable el apoyo puntual de un psicólogo o un pedagogo.
Hay periodos que son especialmente sensibles en el desarrollo evolutivo y emocional del niño, donde se pueden presentar problemas con más frecuencia.
- A los 3/4 años el niño ha desarrollado de forma muy básica las capacidades que lo definen como ser humano y es el momento en el que inicia la escuela y se le empieza a exigir cierto control de su comportamiento.
- A los 7 años hay otro salto. El niño ha desarrollado su capacidad cognitiva de forma rudimentaria y empieza a interiorizar las normas sociales. Es el momento de iniciarse en la enseñanza primaria lo que supone un gran reto para él.
- Otro gran momento se sitúa entre los 12 y 14 años, donde empieza a ensayar sus maneras de adulto. Es la preadolescencia. Aquí el niño tiene que poner en práctica muchas de las cosas que ha aprendido a lo largo de los años previos, vivirá experiencias que le marcarán y se terminará de configurar su personalidad. A nivel académico se da el paso a la enseñanza secundaria que implica realizar elecciones sobre su futuro.
Por último, la adolescencia es un momento culminante en el desarrollo de cualquier persona. Se trata de la transición del niño al adulto.
En estos años se termina de consolidar la personalidad y aunque el adolescente no sea consciente, se toman decisiones que van a condicionar los años futuros. Los chicos entre los 14 y los 19 años atraviesan un momento difícil donde deben afrontar grandes cambios. Los padres también tienen que adaptarse al hecho de que sus niños ya no lo son tanto y muchas veces están desorientados y perdidos.
Por eso es un momento especialmente vulnerable para la aparición de bloqueos o problemas que se pueden manifestar de diferentes maneras: bajo rendimiento en los estudios, malas relaciones familiares, dificultades con el grupo de iguales o en las relaciones sentimentales.
Para trabajar con adolescentes, AITTA propone un tratamiento integrador que ayude a los chicos de esta edad a convertirse en el adulto que quiere ser ayudándole a manejar situaciones complejas y favoreciendo un mayor autoconocimiento de sus emociones que le permita afrontar los retos futuros con una buena autoestima. Para alcanzar estos objetivos, la psicoterapia suele ser lo más adecuado.
El tratamiento con el adolescente incluye también el juego, los cuentos o la reelaboración de la historia personal. A esto se añaden la confrontación de sus propias contradicciones, el reflejo de sus actitudes, la toma de conciencia de su personalidad o el trabajo de modelaje en habilidades sociales.