Siempre han suscitado mucho interés los problemas asociados a los niños que se crían en ambientes de deprivación sensorial o afectiva. Y dentro de este grupo, se suele enmarcar a los niños institucionalizados. Ahora, varios estudios hablan sobre el sistema neurológico que podría explicar las dificultades cognitivas de estos niños.Lo cierto es que no todos los niños institucionalizados en España están sometidos a una deprivación sensorial como la que se produce en otros países con menos medios (todos recordamos los reportajes televisivos que pusieron los pelos de punta a medio país sobre los horfanatos en China). Pero sí es cierto que la atención afectiva que reciben estos niños es escasa en comparación con los niños que se crían en un hogar con sus padres.
Ya en los años 70 René Spitz habló del trastorno de vínculo que se genera en los niños que pasan el primer año de su vida lejos del cuidado y afecto de sus padres. Y estudios posteriores no hacen sino constatar lo devastador que resulta para una persona, los suesos vividos en sus primeros años.
Los estudios recientes se centran de manera más específica en cómo se ve afectado el desarrollo cognitivo en niños que han estado expuestos a deprivación y, según un estudio publicado en la revista Science, parece que se empieza a entender cómo sucede esto.
Se muestran anomalías en la sustancia blanca de la corteza prefrontal de niños aislados. La corteza prefrontal es aquella que permite el desarrollo de las habilidades típicamente humanas: la planificación, atención, inhibición de la impulsividad, etc. Si esta corteza no se desarrolla adecuadamente, el rendimiento cognitivo se ve afectado. ¿Cómo sucede esto? es algo que, de momento, está claro en ratones pero no así en humanos. En cualquier caso, las anomalías observadas no son más que el correlato fisiológico de lo que podemos observar a nivel conductual. Es decir, que los niños que pasan un periodo crítico de su infancia sin recibir un contacto social adecuado con mucha probabilidad presenten problemas en su desarrollo cognitivo.
A nivel práctico, es importante tener en cuenta estos datos cuando una pareja se plantea la adopción o la acogida o sencillamente para aquellos que educadores que trabajan en un hogar de acogida. Evidentemente, no para que cejen en su empeño de adoptar sino para que sean conscientes de la problemática a la que tendrán que hacer frente. No pocas veces nos encontramos en la práctica clínica con casos de adopción a los que además de las tribulaciones por las que ha tenido que atravesar el menor para llegar a una familia, se unen las ansiedades de la familia adoptante que se encuentra superada por las dificultdes escolares y emocionales que presenta su hijo o tutelado.