Un objeto transicional es algún objeto material al que el niño toma un gran cariño, del cual no puede despegarse y que le ayuda a sentirse seguro en momentos difíciles como puede ser el irse a la cama, de viaje o al colegio.
Se trata de un objeto en el que el niño deposita mucha confianza y que, a ciertas edades, puede convertirse en compañero inseparable.
Existen infinidad de objetos transicionales: desde una mantita, a un peluche, pasando por un juguete o una camiseta. Y aunque los padres ponemos a disposición de los hijos infinidad de objetos potencialmente convertibles en compañero de fatigas, quien realmente elige el objeto es el niño.
¿Para qué sirve un objeto transicional?
El objeto transicional ayuda al niño a calmarse en momentos de angustia cuando sus figuras de apego no están delante o no están disponibles. El niño se siente seguro y protegido cuando está rodeado de personas que conoce, que atienden sus necesidades y le proporcionan cariño. Pero, ¿qué pasa cuando estas personas no están delante y el niño tiene que enfrentarse a nuevos retos él solo? Por lo general, trata de buscar algo material que le aporte la tranquilidad necesaria para afrontar las nuevas situaciones.Y aquí es donde entra en juego el objeto transicional.
El primero en hablar sobre los «fenómenos transicionales» fue el pediatra y psicoanalista Donald Winnicott en el año 1953. Y ya entonces relataba las historias de familias en las que mantas, trapitos o peluches eran cargados por los padres en cualquier salida fuera del hogar o durante las vacaciones.
El objeto transicional ayuda al niño a crear un puente entre su madre y el mundo o entre él y el mundo real. Ayuda al niño a apdrender a vincularse a otros y es una forma de suavizar la angustia que produce la separación de las figuras de referencia. Si lo pensamos bien es un mecanismo de adaptación realmente efectivo.
¿A qué edad se usa?
Parece que es un fenómeno que aparece con mayor o menor intensidad en todos los niños a partir del año o año y medio de edad y no es fácil decir hasta qué edad se extiende puesto que lo más probable es que este apego intenso a un objeto vaya cambiando de forma con los años y los niños aprendar a diversificar sus preferencias. Así los niños más mayores amplían el número de objetos y el apego no es tan intenso a una única cosa. Y, siendo sinceros, también los adultos tenermos determinadas ropas «de la suerte», amuletos o rutinas que ayudan a calmar nuestra ansiedad.