La psicología perinatal consiste en la rama de la psicología encargada de la atención, prevención, cuidado y acompañamiento de las madres y sus criaturas. Desde el momento en el que una mujer se plantea convertirse en madre, con todo lo que esto conlleva: la preconcepción, el embarazo, el parto, puerperio y la crianza temprana. También es un acompañamiento a nivel de pareja, durante esta transición de pareja a una nueva familia.
En esta sociedad la mujer tradicionalmente ha quedado relegada y olvidada. Y si hablamos de mujeres que además han sido madres, menos atención reciben aún. El sistema neoliberalista no tiene en cuenta los ritmos de las mujeres y parece olvidarse de las madres.
Es por esto y otros factores, que las maternidades pueden vivirse desde la soledad y el aislamiento. También bajo mucha presión, debido a los estereotipos que hay alrededor de la idea de ser madre hoy día. Los trastornos perinatales no son únicamente la depresión postparto.
Durante esta etapa de embarazo y postparto puede haber ansiedad, depresión perinatal, insomnio, pueden comenzar trastornos alimentarios, puede aparecer estrés postraumático debido a un parto traumático, también se pueden sufrir pérdidas gestacionales y habrá que pasar esos duelos….
Todos estos trastornos perinatales representan un problema de salud pública, y la OMS, este año, señalaba que una de cada cinco madres primerizas padecerá de algún trastorno del estado de ánimo o ansiedad durante esta etapa transicional. Es importante tener en cuenta que esta etapa de transición es un momento vulnerable y con mucha carga emocional, en la que puede reactivarse sintomatología pasada, que no había sido tratada antes, o que parecía haber remitido.
También remarcamos todas las oportunidades que este momento tan maravilloso ofrece. Convertirse en madre es un proceso brutal, transformador, apasionante y sagrado. Poder engendrar una vida desde dentro de tu propio cuerpo es impresionante y digno de admiración. Este proceso es un momento con una gran capacidad sanadora y creadora..
Por tanto, ser madre es un proceso complejo, con sus luces y con sus sombras. Ha de ser honrado y transitado de manera consciente. En cuerpo y en alma.
Por ello es muy importante el sostén de las mamás durante esta etapa vital. Un acompañamiento psicológico individual. Muchas madres van a preparación al parto, cuidan más la alimentación, el ejercicio…y a veces se nos olvida el cuidado de la salud mental. La terapia individual y la terapia grupal tiene innumerables beneficios y aportará habilidades y herramientas que servirán de cara al embarazo, al momento del parto, postparto, la crianza de lxs hijxs…para todo lo que sea necesario.
De hecho, los grupos de madres (de embarazo, de violencia obstétrica, de duelo perinatal, de postparto…) son lugares en los que gestar en conjunto, sin prejuicios, de manera respetuosa, escuchándonos, conectando con nosotras, visibilizando nuestras necesidades, dándonos espacios en los que sentirnos comprendidas y poder transitar y transformar en tribu, aspectos que muchas veces, solo entenderán otras mamás.
La vida moderna parece hacer que la madre se tenga que encargar de criar a su criatura totalmente sola. Cuando antes, esta labor era una misión para todo un pueblo.
Es momento de conectar de nuevo con nosotras mismas. De escucharnos. De sintonizar con nuestros ritmos, nuestra fertilidad, cuerpo y sexualidad. De transitar acompañadas cada etapa de nuestro ciclo vital. Recuperar nuestro poder como mujeres y madres.
Por Isabel Mª García Cabrera
