Desde hace ya algunos años parece que el problema más frecuente que puede tener un niño en edad escolar es un trastorno por déficit de atención con hiperactividad, conocido como TDAH. Efectivamente, según datos epidemiológicos la prevalencia de dicho trastorno ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, no muchos padres o educadores tienen claro qué es un TDAH y el uso popular del término se está convirtiendo en una muletilla para describir a los niños que son inquietos, sin tener en cuenta su edad o la distorsión que esta inquietud genera en su adaptación al medio social.
Un trastorno del comportamiento
Un TDAH es un trastorno neurocomportamental, es decir, afecta al comportamiento del sujeto minando sus capacidades neurológicas. Desde que nace y en tan solo 6 ó 7 años, un bebé pasa de ser completamente impulsivo sin ningún control sobre su cuerpo ni su conducta a un niño socialmente bien adaptado, comunicativo, capaz de satisfacer sus necesidades por sí mismo o pedir la ayuda de un adulto que lo haga. Y todo esto lo consigue gracias al desarrollo que tiene lugar en su cerebro y que se ve influido por lo que genéticamente ha heredado y por el entorno que le rodea: la educación de sus padres o tutores, las condiciones socio-económicas en las que se cría, etc.
Sin embargo, hay niños que por algún motivo (todavía siguen sin quedar muy claras las causas) no alcanzan esta meta y a los 6/7 años se siguen comportando de una manera impulsiva o con dificultades para prestar atención a determinadas tareas. Para poder diagnosticar un TDAH el niño ha de presentar una serie de síntomas conductuales, que persisten en el tiempo, que aparecen en varios ámbitos de su vida (escuela, casa, amigos) y que afectan de forma considerable a su rendimiento escolar o relaciones familiares. Conviene resaltar que estos síntomas, o al menos alguno de ellos, deberá haberse manifestado antes de los 7 años. Los síntomas a los que nos referimos se clasifican en 2 áreas: la inatención, al niño le cuesta mantener la atención en la tarea, comete errores por no fijarse en los detalles, se distrae fácilmente con estímulos no relacionados con lo que está haciendo, es olvidadizo, etc; y la hiperactividad-impulsividad, donde el niño da muestras de una inquietud excesiva para su edad, no es capaz de mantenerse sentado, no disfrutar de actividades lúdicas con tranquilidad o tiene respuestas precipitadas (actúa antes de pensar) entre otras manifestaciones.
Las funciones ejecutivas
Actualmente el TDAH es uno de los trastornos que más investigación genera y aunque siguen sin estar bien clarificadas las causas, en lo que sí están de acuerdo los investigadores es en que los problemas que presentan los niños con TDAH se deben a un pobre desarrollo de las funciones ejecutivas. Las funciones ejecutivas son la máxima expresión de la inteligencia humana y espacialmente se sitúan en el lóbulo frontal del cerebro. Dicho lóbulo supervisa y regula la actividad de las restantes áreas cerebrales y programa los procesos cognitivos de mayor complejidad.
Entre las funciones ejecutivas se encuentran la vigilancia o atención sostenida, la inhibición de la respuesta, la memoria de trabajo, la flexibilidad mental o la planificación. Todas ellas están afectadas en mayor o menor medida en los niños con TDAH.
Otros aspectos que también se ven alterados son el procesamiento de la información temporal y la respuesta al refuerzo por parte de estos niños y adolescentes.
Así pues, es un trastorno que puede perjudicar seriamente el aprendizaje y las relaciones de aquellos que lo padecen y es necesario continuar con la investigación sobre el tema para poder llegar a unas medidas más acertadas de diagnóstico y tratamiento.
8 comentarios en «¿Qué es el TDAH?»
[…] en el tema estiman que muchos de estos niños están mal diagnosticados de Déficit de Atención (TDAH) e incluso medicados para ello, dado que ésta de la que hablamos puede resultar muchas veces una […]
[…] padres y profesores es el hecho de tener que lidiar con uno (o varios) niños diagnosticados de hiperactividad. La primera pregunta que les suele surgir a los padres cuando su niño recibe este diagnóstico es: […]
[…] o de otras (por ejemplo: DSM, la clasificación más común de enfermedades mentales) como el Trastorno de Déficit de Atención donde, al principio, se hablaba de dos subtipos (con o sin hiperactividad) que ahora se han […]
[…] que la asociación nació y así está en el nombre de la misma para centrar su actividad sobre el TDAH. Después de iniciar acciones formativas a profesionales sanitarios y de la educación sobre el […]
[…] niños con dificultades del aprendizaje que participaron en el estudio presentaban TDAH, diabetes, anemia falciforme, fibrosis quística, autismo, discapacidad del aprendizaje, obesidad o […]
[…] ya hemos hablado en artículo previos sobre el tema, la hiperactividad es un diagnótico cada vez más frecuente y no se sabe bien el motivo de su aumento. ¿Podría ser […]
[…] contínuamente el ritmo de la misma. En la mayoría de los casos estos niños se diagnostican de Déficit de Atención o de Trastorno del Control de los […]
[…] entendemos que un niño con TDA es aquel que no para quieto, que se mueve constantemente, llama la atención, es impulsivo y […]