Siempre se ha hablado del elevado número de beneficios que aporta la lactancia materna en comparación con la alimentación a base de biberón. Es conocido que la leche materna tiene las vitaminas, grasas y proteínas que necesita el bebé en su justa medida, está siempre disponible, no se echa a perder, ayuda a generar un buen vínculo emocional madre-hijo y aporta defensas al bebé.
Existen diversos estudios realizados con datos empíricos que han encontrado evidencia de este fenómeno. Uno de ellos es el realizado recientemente en la Universidad de Creta en Heraklion (Grecia)*, en el cual se viene a respaldar que en aquellos bebés que han sido amamantados exclusivamente con leche materna durante, al menos, sus 6 primeros meses de vida se reduce la frecuencia y severidad de los episodios infecciosos. En el citado estudio se observó una menor frecuencia de otitis media aguda, infecciones respiratorias agudas, gastroenteritis, conjuntivitis o infecciones del tracto urinario en los niños alimentados exclusivamente con leche materna frente a aquellos que se alimentaron con lactancia mixta (materna y biberón) o artificial.
A pesar de estos resultados y de recomendaciones persistentes sobre el tema de organizaciones tan relevantes como la OMS (Organización Mundial de la Salud) o UNICEF, en España a los tres meses de edad sólo siguen siendo amamantados el 52,5% de los niños y a los seis, el 36%, a pesar de que a su salida del hospital el 80% de las madres habían optado por la lactancia materna. Está claro que la lactancia materna tiene muchos beneficios pero la situación laboral de la gran mayoría de las mujeres les impide poder seguir amamantando pasados los meses de baja por maternidad. Esto unido al estilo de vida actual, que no facilita el poder aprender de otras madres la “técnica” o que conlleva una apretada vida social de las mamás, recibiendo muy poco apoyo por parte de los profesionales y, sobre todo, poco coordinado (la matrona dice una cosa mientras el pediatra recomienda otra) disminuye drásticamente las probabilidades de seguir dando el pecho tras los 2 ó 3 primeros meses de vida del bebé.
Entidades como la American Academy of Pediatrics recomiendan una alimentación exclusivamente con leche materna durante los primeros 6 meses de vida y que la madre continúe con esta alimentación cuando el niño empiece a ingerir otros alimentos hasta el primer año o incluso más tiempo si se desea.
*Protective effect of exclusive breastfeeding against infections during infancy: a prospective study. Fani Ladomenou et al. Archives of Disease In Childhood, Sept 2010.