En un estudio publicado el 27 de diciembre en el Journal of Allergy and Clinical Immunology los investigadores realizaron una revisión de 62 estudios que ahondaban en la relación entre la dieta de las embarazadas y el riesgo de alergia y asma en sus hijos, encontrando que el zinc, la vitamina A, D y E así como las frutas y verduras ingeridas durante el embarazo parecían tener un efecto protector sobre los problemas respiratorios de sus bebés.
De los 22 estudios que contemplaban la ingesta de frutas y verduras, 17 encontraron relación entre una dieta más saludable y un menor riesgo de asma y alergias.
Las mujeres que consumieron grandes cantidades de vitamina D y E durante la gestación resultaron entre un 30% y un 40% menos propensas a tener niños con dificultades respiratorias.
Del mismo modo, el seguimiento por parte de las futuras mamás de una dieta mediterránea, rica en vegetales, pescado y grasas monoinsaturadas del aceite de oliva y los frutos secos y con bajo contenido de grasas saturadas de la carne y los lácteos se vio ligada a un descenso de hasta el 80% en el riesgo de que sus bebés presentaran sibilancias respiratorias. Sin embargo, los estudios no mostraron beneficios aparentes de la vitamina C o el selenio.
Como conclusión, los investigadores sugieren que los resultados son todavía preliminares. Estudiar el efecto de los nutrientes es difícil ya que hay muchos factores que se pueden solapar si los estudios no son controlados. Así pues, no se pueden sugerir cambios específicos en la dieta que afecten al riesgo de alergias o asma incrementándolo o reduciéndolo. En cualquier caso, cualquier profesional médico sanitario estaría de acuerdo en sugerir una dieta saludable tanto en embarazadas como en niños, tuvieran asma o no.
* Journal of Allergy and Clinical Immunology, December 27, 2010.