La manera en que la sociedad ve al individuo influye en la manera cómo este se ve a él mismo y debido a esto la familia, los amigos y profesores tienen un gran impacto en el desarrollo de la autoestima.
El periodo que se considera de gran importancia para la formación de la autoestima es la adolescencia (de los 12 a 19 años de edad aproximadamente), no obstante, es una etapa en donde se es más propenso a experimentar una disminución de ésta. En la adolescencia se viven nuevas experiencias que en ocasiones pueden ser estresantes: sube la carga académica, gana mucha importancia el grupo de iguales, se busca la independencia y separación de los padres, intentos por definir la identidad, primeros intereses sexuales, entre otros. La visión que cada adolescente tiene de sí mismo se ve desafiada al igual que su estabilidad emocional, lo que ocasiona que la autoestima sufra fluctuaciones más o menos significativas.
TIP! Las fluctuaciones pueden ser inevitables, pero una autoestima fuerte reducirá el impacto negativo que puedan tener las mismas.
¿Y cómo padres qué hacemos?
Si eres también padre de algún adolescente y quieres ayudarle a tener una autoestima alta y positiva para ayudarle a superar esta fascinante pero retadora etapa de la vida, aquí tienes algunas sencillas recomendaciones:
- Escúchale – Cuántas discusiones podrían evitarse si antes de reñirles o darles por incomprendidos, nos sentamos a su lado y buscamos escucharles lo que tienen para decir. También darles su espacio, en esta etapa adquiere mucha importancia la intimidad, dejar que sean ellos los que se acerquen cuando estén listos.
- Empatiza – En la adolescencia casi todas las cosas se viven con intensidad y las emociones se experimentan a flor de piel, aunque para los padres pueda parecerles que sus problemas son superficiales o cuestiones que se curan con la madurez, saber que ellos lo sufren verdaderamente. Empatizar con los retos propios de esta etapa les ayudar a sentir validados.
- Reconoce – La personalidad se está forjando a la vez que las inseguridades crecen por estar continuamente a prueba por el grupo de iguales y por el adolescente mismo. Reconoce sus esfuerzos, logros, talentos…
- Valórale – En línea con lo anterior, sobre todo reconoce su valía personal más allá de los éxitos para que tu hijo sepa que es valioso independientemente de que se equivoque.
- Límites con balance – Puede parecer que los adolescentes prefieren que les dejemos hacer lo que quieran, pero lo cierto es que los límites son formas de comunicar cariño. Comunicándoles de una forma clara y consistentes los ayudaremos a saber hasta dónde pueden llegar y a relacionarse mejor con el entorno y ellos mismos.
- Los amigos – Los iguales adquieren un papel fundamental en esta etapa. Es normal que un adolescente prefiera estar con sus amigos y adquiera la cultura de un grupo. Como padres, mostrar interés por su grupo y actividades nos dará un punto en común de conversación con los hijos.
- El deporte – Como se ha mencionado, en la adolescencia las emociones se viven en alta frecuencia, y el deporte puede ser un gran aliado para drenar esa tensión, ocupar la mente y el cuerpo en una actividad positiva que a la vez refuerza los propios talentos y fortalezas.
- Dedícale tiempo – El tiempo en familia y las actividades agradables juntos son necesarias para reforzar el vínculo y la confianza entre sus miembros. Conocer los gustos y aficiones de los hijos dará ideas de las actividades a realizar. Además, las costumbres familiares servirán para forjar la cultura familiar que le aportarán al adolescente aspectos a incluir en la identidad que está construyendo.
Por Maru Herrera.