En la actualidad, vivimos en una época digital donde las redes sociales se han convertido en herramientas cotidianas tanto para adolescentes como para adultos. Plataformas como X, TikTok, Instagram, WhatsApp, entre otras, no solo permiten mantenerse conectados socialmente, sino que también ofrecen espacios para la creatividad y la posibilidad de descubrir nuevas personas e ideas.
No obstante, en los últimos años ha surgido una creciente preocupación por los efectos negativos que estas mismas plataformas pueden tener, especialmente en la salud mental de los más jóvenes. Muchos han vinculado el uso excesivo de redes sociales con problemas de autoestima y conductas adictivas con el uso de internet. Según Save The Children (2024), casi nueve de cada diez adolescentes se conectan varias veces al día o permanecen en línea de forma constante.
La relación entre redes sociales y autoestima ha sido objeto de numerosos estudios, aunque los resultados no siempre han sido concluyentes. Por ejemplo, Mann y Blumberg (2022) no encontraron una correlación significativa entre el uso de redes sociales y la autoestima en general. Sin embargo, sí identificaron que aquellos adolescentes que se mostraban como su “yo auténtico” en redes tendían a tener una autoestima más elevada.
Ante este panorama, surge una pregunta clave: ¿en qué momentos y de qué manera el uso de las redes sociales puede fortalecer o debilitar la autoestima en adolescentes?
Las redes sociales, usadas por adolescentes, pueden llegar a ofrecer tanto oportunidades como riesgos en la autoestima del menor de forma compleja, aunque muchos estudios difieren en cuanto si hay más aspectos positivos o negativos de su uso. Por supuesto, el uso extremo de esta herramienta puede ser perjudicial, pero no podemos obviar también lo que ofrece.
Un estudio de Hernández-Serrano et al. (2022) con población española de 12 a 18 años encontró que muchos jóvenes priorizan la autenticidad, buscando más coherencia entre su identidad offline y online, y no tanto la validación social en forma de seguidores o “likes”. Del mismo modo, en la investigación longitudinal de Calvin et al. (2025) se observó cómo el apoyo de las amistades cercanas se relacionaba con un número mayor de publicaciones en las redes sociales. Esto fue beneficioso especialmente para aquellos con una autoestima más baja, mientras que aquellos con actitudes negativas hacia la tecnología obtuvieron menores beneficios.
Entre los aspectos negativos asociados al uso de las redes sociales, el estudio de Martínez-Iniesta et al. (2025) concluye que, si bien el uso general de estas plataformas no guarda relación directa con la autoestima, las conductas adictivas vinculadas a su uso sí muestran una fuerte asociación con su disminución. Asimismo, este mismo estudio demuestra cómo la comparación social constante en las redes puede generar evaluación negativas de uno mismo en apariencia estatus o logros, es decir, autoconcepto.
Del mismo modo que lo anterior Colak et al. (2023) también concluyeron en su investigación que no hay un vínculo entre el uso de las redes sociales y una disminución de la autoestima. No obstante, la adicción a las redes sociales predice una menor autoestima. Además, el uso excesivo de las redes también afectó negativamente a la percepción de la imagen corporal.
¿Cuáles serían, por tanto, las recomendaciones para padres o educadores?
A partir de lo expuesto, se concluye que en general no existe una relación negativa directa entre el uso de las redes sociales y la autoestima. De hecho, bajo determinadas condiciones como el apoyo de las amistades, dicha relación puede ser incluso positiva. Sin embargo, el uso adictivo de estas plataformas sí se asocia con una disminución de la autoestima en menores. Es decir, no son las redes sociales en sí mismas las que afectan negativamente, sino el componente adictivo que puede derivarse de su uso excesivo y la comparación con el resto.
Finalmente, estas son algunas pautas prácticas que pueden ayudar a minimizar el riesgo y potenciar los efectos positivos:
- Establecer límites y zonas libres de pantallas en el hogar, como por ejemplo en las comidas o antes de ir a dormir. (Martínez-Iniesta et al, 2025)
- Enseñar competencias digitales ya sea para ajustar la privacidad de redes, o conocer sus riesgos. (Hernández-Serrano, 2022)
Por Carlos Pérez Pastor
Otras referencias bibliográficas:
- Fan T, Bliss L, Calvin A y Selkie E (2025) Publicaciones en redes sociales, apoyo social y el papel moderador de las actitudes tecnológicas y la autoestima en adolescentes: un estudio longitudinal de 2 años. Psychol. 16:1561581. doi: 10.3389/fpsyg.2025.1561581
- Acosta, J., Checa, F., Matheo, M.L. y Parrón, T. (2019). Self-esteem levels vs. global scores on the Rosenberg self-esteem scale. Heliyon, 5 (3), e01378.
- Peiró, R. (2021). Autoestima. Economipedia. Documento en línea. Disponible: https://economipedia.com/definiciones/autoesti ma.html
- Mann RB, Blumberg F. (2022) Adolescents and social media: The effects of frequency of use, self-presentation, social comparison, and self esteem on possible self imagery. Acta Psychol (Amst). Aug;228:103629. doi: 10.1016/j.actpsy.2022.103629. Epub 2022 May 31. PMID: 35661975.