En la rutina diaria, entre el trabajo, las responsabilidades del hogar y las pantallas, es fácil olvidar la importancia de compartir tiempo de calidad con los hijos. Sin embargo, jugar, contar historias y conectar con ellos no solo fortalece el vínculo familiar, sino que también
tiene un impacto positivo en su desarrollo emocional, social y cognitivo.
El juego como lenguaje del niño
- El juego es una actividad libre, creativa y dinámica para los niños, en donde refuerzan aspectos como las normas comportamentales, negociación, socialización, estimulación y funciones propias de estas primeras etapas del desarrollo y que son
necesarias para la adultez. - A través de esta actividad se permite que el niño entre en contacto con el medio que le rodea explorándolo, comprendiéndolo y asimilándolo, lo que le ayudará a la resolución de conflictos y fomentar su espontaneidad.
- Los niños se expresan a través del juego, permitiendo que los padres comprendan mejor sus emociones, preocupaciones y alegrías.
- Jugar con ellos es una forma de entrar en su mundo y conocer lo que les interesa y preocupa.
Beneficios emocionales del tiempo compartido
El tiempo que se comparte con los hijos refuerza la autoestima del niño al sentirse valorado y atendido. También reduce el estrés y la ansiedad tanto de los propios niños como en los adultos y fomenta la calidad del vínculo, ya que refuerza la relación de confianza, haciendo
que los niños se sientan seguros para expresar sus emociones y explorar el ambiente.
Impacto en el desarrollo social y cognitivo
- A través del juego, los niños aprenden habilidades esenciales como la resolución de problemas, la cooperación y la paciencia.
- Estimula la creatividad y el pensamiento crítico.
- A través de las historias, los niños aprenden a ponerse en el lugar de los demás y a comprender distintos puntos de vista, por lo que ayuda a desarrollar habilidades de comunicación y empatía.
IDEAS DE JUEGOS SEGÚN LA EDAD
- Bebés (0-2 años): juegos sensoriales, de exploración, canciones, imitaciones… con el objetivo de que descubran el mundo a través de los sentidos. Es importante jugar con texturas, colores y sonidos, ya que les ayuda a desarrollar la percepción y la conexión con su entorno.
- Niños pequeños (3-6 años): juegos de rol, construcciones, manualidades… es clave para que los niños expresen sus emociones, aprendan habilidades sociales y fomenten su desarrollo cognitivo.
- Niños mayores (7-12 años): juegos de mesa, deportes en familia, experimentos científicos… a través de juegos con reglas y cooperación para que los niños desarrollen la paciencia, el establecimiento de las normas y el trabajo en equipo, para reforzar la comunicación, resolución de conflictos y pensamiento creativo entre otros aspectos.
- Adolescentes: videojuegos cooperativos, cocinar juntos, salidas al aire libre… son algunos de los ejemplos de juegos estratégicos y de reflexión que estimulen su pensamiento crítico, toma de decisiones y la exploración de su identidad.
EJEMPLOS DE LIBROS (los cuentos pueden ayudar a afrontar miedos, ansiedad o cambios).
– “El emocionario” (describe diferentes estados emocionales para aprender a identificarlos y, así fomentar la expresión emocional desde la infancia)
– “Te quiero (casi siempre)” (Un libro para todas las edades que celebra las diferencias y el poder de los polos opuestos en una encantadora historia de amor)
– “Un pellizco en la barriga “(sirve de guía para explicar el proceso de duelo a los niños)
– “Ray ¿qué son estas manchas?” (trata la superación de las pérdidas, la necesidad de convivir y compartir con el resto y la importancia de querer y dejarse ayudar)
– “Orejas de mariposa» (un cuento sobre la necesidad de quererse y aceptarse tal cual somos)
Herramienta para fortalecer la relación consigo mismos y la cohesión familiar:
- Permite que los niños asocien la presencia de los padres con momentos de felicidad y diversión.
- Genera recuerdos positivos que perdurarán en la vida adulta.
- Refuerza los valores familiares a través de la convivencia.
- Fomentan la resiliencia y la empatía.
Conclusión
El juego no es solo una actividad recreativa, y los cuentos no solo entretienen, sino que también ayudan a los niños a procesar emociones y comprender el mundo, al igual que son una herramienta esencial para fortalecer el vínculo entre padres e hijos. Dedicar tiempo a jugar y compartir momentos especiales y de calidad ayuda a los niños a crecer con seguridad emocional y fortalece la relación familiar y consigo mismos. No hace falta esperar a un momento perfecto, lo importante es estar presentes y disfrutar juntos.
Por Laura Rodríguez González