Por Arantxa Bermejo
Érase una vez unos señores muy sabios llamados yoguis que vivían en los bosques de la India. Un día se pararon a observar cómo se movían los animales y empezaron a imitar sus posturas. Pronto descubrieron que esas posturas eran beneficiosas para mantener su cuerpo ágil y sano como las gacelas, o fuerte y musculoso como el león.
Observaron que al hacer estas posturas se sentían alegres y tranquilos e inventaron un conjunto de ejercicios que es lo que hoy se conoce como el Yoga.
Si bien el Yoga es algo serio y trascendental, puede ser adaptado como un instrumento con el que los niños aprendan a tomar conciencia del cuerpo, aumenten la confianza en sí mismos y crezcan sanos en el plano emocional y mental a través del juego.
Los efectos beneficiosos del Yoga han sido comprobados en Occidente en el caso de los adultos. Nuestros pequeños sufren cada vez más las tensiones que vivimos nosotros y creo que es importante que desde la infancia se les vaya enseñando a que sean ellos mismos, que sientan su cuerpo y lo conozcan, que se expresen libremente y aprendan a relajarse.
¿Cómo trabajar el Yoga con los niños?
En el Yoga tradicional para adultos normalmente se introducen tres pilares básicos: las asanas o posturas, pranayama o control de la respiración y la meditación o control de la mente. Todo ello para equilibrar la personalidad. Evidentemente, con los niños estas prácticas son más suaves. Las asanas o posturas simulan muchos animales o personajes como el guerrero, el arquero, el leñador,…y el ejercicio físico se convierte en una aventura dinámica. Para concentrar la mente trabajamos con visualizaciones, cuentos y observamos la respiración. Respecto a la respiración, interesa sobre todo que los niños aprendan a movilizar la zona abdominal para soltar todas las tensiones que allí se acumulan. Los niños sienten claramente el efecto relajante de este ejercicio.
¿A partir de qué edad?
El Yoga lo pueden practicar niños desde los 3 años a los 11 y todos responden muy bien. Los más pequeños necesitan más estímulos musicales para relajarse, y con ellos se puede utilizar el sonido de los cuencos tibetanos. Por otro lado, con los mayores se puede realizar un trabajo mental un poco más disciplinado, como las visualizaciones.
¿Cuáles son los beneficios principales del yoga para niños?
Ellos cuentan que hacen mejor los deberes y se enfadan menos. Y en clase se percibe que están más centrados, coordinan mejor sus movimientos y cada vez disfrutan más del silencio. Además de todo lo anterior, sé por experiencia que con el Yoga crece la autoestima y la confianza en uno mismo. Esto es lo que realmente me impulsa a transmitir el yoga a los más pequeños.
1 comentario en «Yoga con niños: una aventura dinámica»
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